Lo que construimos durante nuestra infancia a nivel emocional, determinará el Ego con el que asumimos quienes somos, nos aferraremos a este sistema de creencias acerca de Nosotros mismos y lo defenderemos a capa y espada mientras sintamos de alguna manera que así estamos a salvo.
En Astrología, la Luna de nuestra Carta Natal, nos hablará principalmente de nuestra primera infancia, nuestro mundo emocional, el vínculo con lo materno y la forma en la que nos refugiamos para escapar del dolor, nos hablará por tanto de nuestras reacciones instintivas y primarias.
En este Ego no tendrá cabida nada que no sea tolerado por la Sociedad que me rodea, por las expectativas que mi familia puso sobre mí, tampoco nada que por mandato familiar fuera visto con “malos ojos”, nos identificaremos con los rasgos considerados como ideales por todos estos condicionamientos, así pues, en la medida que mi Ego crece y se moldea, en la misma proporción crece la Sombra que me acompaña, la Sombra es todo aquello que no estuvo bien que yo manifestara, todos los sentimientos y capacidades rechazados , considerados como rasgos negativos.
Como indica la analista jungiana Liliane Frey-Rohn “ La Sombra permanece conectada con las profundidades olvidadas del Alma, con la vida, la vitalidad; ahí puede establecerse contacto con lo Superior, lo creativo, y lo universalmente humano”
La Astrología Humanista, nos ayuda a “rescatar” los trozos fragmentados de nuestro ser, aquellas partes de nosotros con las que por diferentes causas no pudimos identificarnos y tuvimos que echar fuera de nosotros mismos, enviándolas a la sombra.
En la Astrología uno comprende que no le sobra ni le falta nada, mas bien, uno puso su atención aquí y no allá, uno construyó su vida, sus proyectos, la idea de sí mismo, sobre una parte que no es en absoluto la totalidad de uno mismo…pero…algo dentro de nosotros se rebela una y otra vez ante este hecho.
Mónica Lado-Astrología Integrativa, Homeopatía, Naturopatía