La carta natal, es la “forma” que tenía el sistema solar en el momento de nuestro nacimiento.
Es una fotografía del cielo en ese justo momento, esta “fotografía” nos da como resultado un ”mapa de vida” , único e irrepetible, que nos acompañará durante toda nuestra existencia, marcando ritmos y ciclos de apertura, aprendizaje, crecimiento..
En este “Mapa Natal” vemos las relaciones astronómicas de los distintos planetas entre ellos.
La astrología se basa en la interpretación de esas relaciones, de esas energías, desde la creencia de que el universo es una unidad, de esta forma lo que sucede en el “cielo”, tiene una influencia directa con lo que me ocurre aquí en la tierra.
Así como uno puede moldear con sus manos y su intención creativa el barro, de esta forma también las energías del universo influyen sobre todo lo que es, sobre todo lo que existe, dejando su huella y moldeando con sus vibraciones aquello sobre lo que impacta, así como los ciclos de la misma Luna obran su poder sobre las mareas del planeta que habitamos.
Entendiéndonos a los seres humanos como parte indivisible de ese cosmos, la influencia de las vibraciones y la energía del universo sobre nosotros es totalmente evidente, es imposible no formar parte de ello, ahora bien, esto puede ser de forma consciente o inconsciente en nuestra psique y en como concebimos nuestra idea de vida, de ser humano, de ser parte o nada de todo lo que existe.
Somos seres, en los que la creatividad del universo se cristaliza por un momento, dando lugar a unas relaciones de energía concretas, con las cuales habremos de vivir, de desarrollarnos, de vincularnos con otros seres humanos, y encontrar el sentido profundo de nuestra existencia.
Si bien en el cosmos todo está en perfecto equilibrio, en el ser humano el proceso es mucho mas complejo, pues nuestra psique reacciona ante tanta carga energética, ofreciendo una resistencia inicialmente, para conformar su personalidad.
Aquí es donde entra en juego la ayuda inestimable de la astrología Humanista.
La Astrología Humanista, nos ayuda a “rescatar” los trozos fragmentados de nuestro ser, aquellas partes de nosotros con las que por diferentes causas no pudimos identificarnos y tuvimos que echar fuera de nosotros mismos, enviándolas a la sombra.
Esta sombra no es un “lado oscuro” no es algo “malo”, es algo que está en sombra de nuestra conciencia, es lo que no creemos ser, lo que no aceptamos como parte de nosotros mismos, en ella, se hayan muchos de nuestros mejores recursos personales, de la verdad de quienes somos.
Si algo me apasiona de la Astrología Humanista, es que es una poderosa herramienta de autoconocimiento, la oportunidad de SER, todo lo que uno ES.
En la Astrología uno comprende que no le sobra ni le falta nada, mas bien uno puso su atención aquí y no allá, uno construyó su vida, sus proyectos, la idea de sí mismo, sobre una parte que no es en absoluto la totalidad de uno mismo…pero…algo dentro de nosotros se rebela una y otra vez ante este hecho.
Cuando alcanzaste aquel sueño, cuando por fin lograste terminar aquella carrera, cuando lograste el trabajo de tu vida, la pareja ideal…..y sin embargo, el sabor del éxito se desvanece tan rápido…y planteamos el siguiente paso, ese sí, ese me hará feliz, ese me completará.
Pero fracasamos una y otra vez en el sentido de sentirse en paz con uno mismo. Estamos basando nuestra existencia sobre una parte de lo que creemos ser.
Hay un punto en el que hacerse la carta Natal, puede ser digamos, difícil, una mirada total a lo que uno es, puede ser muy sorprendente, una gran revelación, pero también es un despertar a aceptar que incluso aquella parte por la que “no consultamos, porque está bien”, por ejemplo, me preocupan mis relaciones de pareja, pero en el trabajo tengo mucho éxito, es también parte del “humo” que no me deja ser la totalidad de lo que soy.
Aceptar que para darle lugar a la sombra, irremediablemente cambiará mi luz. Nunca seré ya eso que creía ser, porque en realidad, al estar fragmentado nunca existió como tal.
Para mí la, Astrología Humanista es un arte del acompañamiento emocional. Un despertar hacia la propia esencia, las potencialidades, el sentido de la propia vida, un entender mas allá de uno mismo el sentido de los vínculos que establecemos en nuestra vida en las diferentes áreas ( familia , pareja, trabajo…) una forma de detectar los mecanismos en los que me engancho una y otra vez y que me llevan siempre al mismo sitio.
Es la oportunidad de ver la obra de teatro por un momento como espectador y no como uno de los personajes, tener perspectiva de la propia vida al completo.
Mónica Lado Saavedra-Astróloga Integrativa, Homeópata y Naturópata
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